Recorriendo al mundo
Has recorrido por años este mundo, de un lugar a otro, conociendo otras fronteras, otras culturas, otras riquezas, otras personas; que te han deslumbrado, y yo puedo conocer ese mundo a través de tus ojos.
Tantas visas para ir de un continente a otro, tantos países que abrieron sus puertas para ti... y uno de ellos una vez a mí para reencontrarnos, hermoso suelo americano que me permitió sentir la calidez de tus brazos.
Huyendo de tantas penurias, esforzándote tanto a diario, laborando arduamente sin descanso, construyendo bloque a bloque un castillo mágico para quienes de ti dependen y proteges sin notar siquiera tus desvelos, tus angustias y tristezas que por la noche yo acompaño. Porque tu fortaleza y alegría prevalecen ante las adversidades y es tu sonrisa la luz y engaño ante otras miradas.
Riqueza divina que te obsequia el de arriba, quien nunca te desproteje porque Dios no nos pone pruebas que dude para que superes.
Tu recorres un mundo frío y cálido, y yo puedo verlo en tus ojos, tu conoces lo cruel y maravilloso que este mundo puede ser y yo lo veo en tus ojos.
Y no hay nadie más que nosotros, los que le damos vida o muerte a un mundo donde no debería existir fronteras, porque somos totalmente capaces de superar cualquier barrera y es tu tenacidad quien me enseña, que no hay obstáculos posibles que separen en corazón y mente cuando de verdad se quiere.
Tu recorres este mundo y yo puedo verlo en tus ojos, basta tan solo minutos a tu lado conversando para encantarme con su brillo en tu mirada.
¡Te amo... desde cualquier parte del mundo!
